sábado, 1 de diciembre de 2007

El Círculo del Poder - Capítulo 12 (último)






EL CIRCULO DEL PODER


Capítulo 12 - El Desenlace







Había pasado ya una semana. Ulquier estaba tumbado en un sillón de la gran sala del fuerte de Rinos. Ariana y Egolas le hacían compañía. Mantenían una conversación rutinaria y despreocupada. Todos deseaban aliviar un poco la tensión que había hecho presa en ellos durante los días anteriores.

La puerta de la sala se abrió entonces y entró por ella el maestro Travis seguido por Liriel.

Se acercaron a ellos y tomaron asiento también en los sillones.

- Maestro.- Dijo Ariana.- Me alegro de veros de muevo. Habéis pasado muchas horas en vuestra habitación.

- Es cierto, pupila.- Dijo Travis.- Pero he estado muy ocupado.

- ¿Habéis resuelto ya el código de los mensajes ? - Le preguntó ella impaciente.

Travis se echó hacia delante en su asiento.

- Pues sí, Ariana. Creo que ya puedo explicaros lo que dicen realmente. - dijo el maestro desplegando delante de ellos llas anotaciones en las que estaban dibujadas aquellos extraños signos -.Al principio me resultó bastante complicado, sin embargo, una vez convencido de que cada símbolo correspondía a una letra y aplicando la lógica, la solución se me fue haciendo más clara.

El primer mensaje que me dio Liriel era tan breve que resultaba imposible descifrarlo. Era este mismo que ahora os expongo.



La única conclusión que me permitió sacar era que el símbolo debía de ser por semejanza el equivalente a la letra O de nuestro vocabulario.

El siguiente mensaje que encontramos en uno de los libros de Nereida era el siguiente:




Como podéis apreciar volvemos a encontrar el mismo símbolo en estas dos divisiones que yo he calificado como palabras. En estas, el símbolo o viene seguido por el símbolo . Deduje que se trataba de la letra S, pues en nuestro idioma detrás de las vocales suele emplearse esta para formar el plural. Tenemos entonces dos palabras en plural.

También pensé que los símbolos más repetidos debían ser posiblemente vocales. Estos eran por lo que podéis ver y . Las vocales que más se usan en cualquier palabra son la A y la E indiscutiblemente. Pero aún no sabía cuál era cual.

La parte más difícil vino cuando tenía que identificar los otros símbolos ya que las letras T,N,B,R,D,L y P suelen aparecer con la misma frecuencia unas y otras el combinarlas hasta encontrar una palabra con sentido sería interminable.

Pasé entonces al último mensaje que tenemos:


.

Había en él un detalle que me ayudó inestimablemente. Se trataba de nuevo del símbolo . Me di cuenta de que aparecía en solitario dos veces. Debía corresponder sin duda a la letra A que precedía a dos palabras más. Además también hacían su aparición nuevos símbolos que parecían complicar mi labor.

Me fijé entonces en la segunda palabra de tres letras. Si el símbolo era la A, entonces por descarte el símbolo debía de ser la E. Lo que hacía que las cosas nos quedaran así :

A _E _ A


Me costó mucho trabajo averiguar eso dos símbolos restantes. Tenía varias palabras que podían encajar pero no tenían sentido entre ambas vocales, lo que me llevó a una única posibilidad. Se trata del verbo VER. Tenía sentido esta parte : A VER A. El símbolo que aparecía en los anteriores mensajes ya tenía sustitución por la letra R, quedando la segunda palabra del segundo mensaje como sigue :


_RE _ARAOS


Por lógica, el símbolo correspondía a la letra P.



PREPARAOS


Una palabra inquietante, ¿verdad ?. Encaja bastante bien con una amenaza y con la posibilidad de que estos sean los causantes de que Kelmor y Nereida huyeran. Pero no adelantemos acontecimientos. Dejémoslos para más tarde. Sigamos con los nuestro.

La primera palabra del mismo mensaje nos quedaría también así :

RE_E_ADOS

¿ Qué podía significar tratándose el mensaje de una amenaza ?. Le di muchas vueltas a los posibles significados que podría tener esta palabra. Pensad. ¿ En qué se convertiría una persona si huyera de algo o de alguien ?. En un TRAIDOR o en un RENEGADO. Ahí tenemos nuestro primera palabra : RENEGADO, por supuesto.

Luego el segundo mensaje quedaría al completo de esta manera :

PREPARAOS RENEGADOS

Parece el principio de una frase completa. Recordé entonces lo que había dicho Ariana por casualidad cuando encontramos el tercer garabato; que podía tratarse de la continuación de este que acabamos de descifrar. Uniendo ambas anotaciones ya descifradas tendríamos :


PREPARAOS RENEGADOS A VER A


No supe al principio qué significado podía tener la última palabra. Volví mi atención al primer mensaje de todos. Al que trajo Liriel. Medio traducido tenía este aspecto :


_E _AN EN _ON _RADO


Sin dudarlo identifiqué la segunda palabra como HAN, tenía mis dudas con respecto a esta otra TAN, pero gracias a Kiril la lógica me ayudó una vez más.

La primera palabra podía ser LE, ME, TE y alguna que otra más, pero teniendo en cuenta que la segunda era HAN sólo las dos últimas encajaban. Suponiendo que el mensaje estaría escrito en primera persona por el que mandaba la carta me quedé definitivamente con lo siguiente :


ME HAN EN_ON_RADO


No quedaba mucho por resolver. Estaba ya muy claro que la frase era : ME HAN ENCONTRADO.

¡Era un dato impresionante !. Kelmor no parecía ser el único que huía. Mantenía correspondencia con alguien que también lo hacía. Por algún motivo Kelmor al recibir ese mensaje salió tal vez en busca del misterioso remitente.

¿ Qué nos quedaba pues ?. Tres mensajes que eran en realidad dos, y escritos en diferente época. Los encontrados en el libro decían unidos:

RENEGADOS PREPARAOS A VER A


Comprendí entonces su significado. Cuando se amenaza a alguien de muerte casi siempre se nombra la palabra DIOS , en este caso se usó su nombre divino KIRIL. Luego tenemos :


RENEGADOS PREPARAOS A VER A KIRIL.


Una amenaza de lo más aterradora. Ahora me explico que se ocultaran y que ni si quiera me escribiera a mí. Era demasiado peligroso para ellos.

Eso es todo lo que he podido averiguar a través de estas anotaciones. No os puedo decir nada más.

Los compañeros habían estado escuchando con suma atención las explicaciones de Travis y ahora que habían terminado no acertaban a decir palabra. Esto revelaba un pasado de Kelmor y Nereida desconocidos por todos.

Liriel fue la primera en hablar.

- Si eso es cierto y mi padre ha ido en busca esa persona que le escribió el mensaje, puede estar ahora mismo en peligro.- Dijo asustada.

- No os preocupéis, Liriel.- Le dijo Travis.- Estad tranquila. Kelmor está bien.

- ¿ Cómo lo sabéis ?.

- Espero a vuestro padre aquí dentro de unos momentos.

- ¡Pero qué estáis diciendo !.- Liriel se había levantado de un salto del sillón al oír aquello.

- Eso mismo. - Insitió él.- Le he escribí ayer tarde y le he pedido que venga. Debe de estar al llegar.

Ariana negó con la cabeza.

- Creí que habíais dicho que escribirle podía entrañar peligro para él y para liriel.- Le recordó al maestro.- Además, ¿por qué tendría que venir por que vos se lo pidierais ?. Si hubiera querido hacerlo, lo hubiera hecho antes por su propia voluntad.

- Ahora es distinto.- Travis parecía muy convencido de lo que decía.- Creo que le redactado un mensaje que no le dejará ninguna otra opción.

- No os comprendo.- Dijo Liriel aún sorprendida.

- Ahora lo sabremos todo.- Dijo Travis levantándose también del sillón.- Aquí viene Jumar.

Ulquier que había permanecido en silencio todo ese tiempo recibió al escudero.

- ¿ Qué ocurre Jumar ?.

- Señor, un hombre está ante nuestras puertas. Pide permiso para entrar.

A Liriel se le secó la garganta. ¿ Era posible que su padre hubiera venido hasta aquí ?.

- Hacedlo pasar a la sala, Jumar.- Le ordenó después de mirar a Travis. Este ultimo asintió con un gesto de cabeza.

El escudero se retiró tras una breve inclinación.

Travis también tenía una expresión tensa. Iba a ver a Kelmor después de veinte años.

Minutos después entraba Jumar acompañado por un hombre alto y ancho de hombros, de ojos negros penetrantes y caminar inseguro.

Cuando vio a los presentes se dio cuenta de que algo no funcionaba bien. Al instante reconoció a Travis allí de pie, mirándole. Liriel estaba a su lado.¿ Qué estaba ocurriendo allí ?. Habían más personas en la gran habitación pero no estaba la que él había esperado ver.

- Tomad asiento Kelmor, o debo decir Boreas.- Era Travis quien había hablado.

El hombre los miró a todos de hito en hito y luego miró a su hija con expresión sobresaltada.

- No os preocupéis.- Volvió a intervenir el maestro de paladines adivinando lo que pensaba el hombre.- Lo sabe todo.

La postura de Kelmor se tambaleó sacudida por un repentino acceso de vértigo. Sus rodillas se doblaron y calló al suelo cubriéndose el rostro con las manos.

Liriel corrió hacia él.

- ¡Padre !.- Ella lo rodeó con los brazos y ambos permanecieron en esa postura varios minutos.

- Perdóname, hija. Perdóname.

El hombre no acertaba a decir otra cosa y Liriel llorando de emoción no dejaba de acunarlo entre sus brazos.

- Perdóname, liriel. Nunca he querido hacerte daño.- Decía él.

Ariana sintió que sus ojos también se humedecían. Era algo terrible ver a un hombre aparentemente tan enérgico doblado por el dolor.

La voz de Egolas interrumpió la dramática escena.

- Levantaos del suelo, señor.- Dijo mientras se dirigía hacia ellos e intentaba incorporar al hombre con la ayuda de Liriel.- Venid. Sentaos con nosotros.

Kelmor soltó un profundo gemido , se dejó caer en un sofá y hundió de nuevo la cabeza entre las manos. Permaneció sin hablar por unos cinco minutos, al cabo de los cuales volvió a levantar la cabeza , y dijo con desaliento mirando a Travis:

- No se cómo me habéis engañado. Yo vine aquí en respuesta a una carta de una persona a la que no veo aquí. Os hablo como sabréis de Calisto de Yavish.

Travis negó con la cabeza.

- No conozco a esa persona. ¿ Debería ?.

- Dadas las circunstancias por supuesto.- Dijo Kelmor.

- ¿ Y quién ese hombre ?.- Preguntó Travis.

- Calisto de Yavish es el verdadero padre del príncipe de Yavish, Saryon Bane.

Los compañeros se miraron unos a otros con sorpresa. Nunca hubieran pensado que el príncipe Saryon fuera hijo ilegítimo del rey de Yavish.

- ¿ Manteníais correspondencia con él ?.- Quiso saber Travis.

- Desde hace años. Pero entonces, si ni siquiera conocíais a este hombre, ¿quién me escribió la carta ?.

Travis lo miró con gravedad.

- La escribí yo para obligaros a venir aquí.

- ¿ Qué la escribisteis vos ?. Eso es imposible. Fuera del Círculo., no hay nadie que conozca el secreto del código que empleamos para comunicarnos.

- ¿ Qué significado tiene ese sello circular con las guadañas opuestas?.

- Es la insignia del círculo.- Explicó el hombre. Y preguntó a continuación. - ¿Cómo conseguisteis descifrar el código ?.

- Fue muy complicado, a decir verdad, pero gracias al mensaje que trajo Liriel y a otros símbolos dibujados en un libro de Nereida, me fue posible completar un abecedario.- Dijo Travis.- Creo que ya va siendo hora de que nos proporcionéis el resto de la información. Hacedlo por vuestra hija al menos. Ella tiene más derecho que todos nosotros a saber la verdad.

Kelmor se encogió de hombros.

- Tenéis razón. Creo que merecéis, todos, una explicación.

Travis se arrellanó en sillón dispuesto a escuchar la historia de labios de su antiguo compañero. Liriel, que se había sentado al lado de su padre, lo cogió de la mano para darle fuerzas.

Kelmor se aclaró la garganta con un carraspeo y comenzó a hablar :

- Yo nací en Oranda, al igual que Nereida. Soy hijo de Valentín Amunia, que fue el fundador del Círculo del Poder - como lo nombramos -. Crecí siendo uno de sus miembros más por ser hijo suyo, que por compartir las convicciones de aquellos hombres que habían caído también bajo las redes de esta hermandad.

Conocí a Nereida cuando yo tenía la edad de mi hija Liriel. Ella era la hija de una de los recién iniciados por entonces. En seguida nos enamoramos y aunque no tenía nada más que mi fuerza y mi energía para ofrecerle ella me aceptó en matrimonio. Mientras tanto Nereida se fue convirtiendo progresivamente en una de las sacerdotisas más veneradas de la época. Su padre, al enterarse de nuestro romance se opuso a que nos casáramos. Nos fugamos a Permand.

Al principio la fortuna fue propicia con nosotros. Conocimos buenos tiempos. Fue entonces cuando conocimos a Travis, el mejor amigo que jamás tuvimos. Quiso el destino que Nereida conociera entonces a Calisto de Yavish en uno de nuestro muchos viajes. Calisto pertenecía también a la hermandad. Según nos contó otros miembros de la orden habían ascendido al poder y mi padre había quedado relegado a mero consejero. Calisto nos mantenía al corriente de los asuntos del Círculo, pues aunque habíamos huido aun pertenecíamos a la hermandad.

Con el tiempo, la orden se fue haciendo terrible. Una vez dentro de su dominio no había manera de escapar. A través de Calisto, uno de los hombres que se mantenía en el poder, dio con nuestro paradero.

Se llamaba Limuar.

Yo noté por sus constantes viajes a mi casa, que algo había llamado su atención.

Cuando hablaba, miraba a Nereida con los ojos inyectados en una pasión furiosa que él llamaba amor. Le dije que ella y yo estábamos casados pero eso no fue impedimento para él. Un día cuando llegué a casa me encontré a Nereida forcejeando con ese hombre tan salvaje. Entonces me lancé sobre él. Le golpeé hasta dejarlo casi sin sentido y cuando recuperó el aliento, huyó de nuestra casa como alma que se lo lleva el diablo.

Ese día nos habíamos creado un enemigo mortal. Pocos días después se celebró una reunión del Círculo a la que habíamos sido citados a través de Calisto. La hermandad chantajeaba a las personas más ricas pidiéndoles grandes cantidades de dinero amenazándolas con la muerte si no cedían. Calisto había sido uno de los desafortunados. Limuar se las apañó para que yo fuera quién debiera ejecutar el castigo a mi amigo. Nunca dudé de que lo había hecho por despecho. Entonces nos negamos a hacer lo que nos pedían.

Era lo que Limuar había querido. Ahora tenía un motivo justificado para ir detrás de nosotros. Nos escribió varios mensajes amenazantes a nosotros también. Fue entonces cuando nos vimos en la necesidad de huir y no decir nada ni siquiera a Travis. Podíamos revelar a ese odioso hombre nuestro paradero y nuestras vidas estarían de nuevo en peligro. Quiso la mala suerte que por entonces la mujer de Calisto se quedara en estado. El pobre hombre, temiendo que la hermandad destruyera toda su familia y matara a su hijo, valiéndose de toda su fortuna consiguió que el rey de Yavish adoptara al pequeño. Además, como el rey no tenía descendencia y su esposa se había quedado infértil al caer por unas escaleras, el niño fue como un regalo caído del cielo. Por fin tendría un heredero que lo relevara en el trono y nadie sospecharía nunca que era ilegítimo, pues el pueblo no se había enterado del incidente de su mujer y achacaban su falta de hijos a que el rey siempre estaba de viaje.

Calistó huyó entonces con su mujer y se ocultó como pudo. Sólo se mantenía en contacto con nosotros a través del mismo código que empleaba la hermandad. Nosotros por nuestra parte nos trasladamos a Winder y cambiamos nuestra identidad.

Un año después nacía Liriel y meses más tarde moría Nereida afectada por el difícil parto. Pasé momentos de terrible soledad. Me había quedado solo con una hija pequeña. Las gentes de Winder se portaron muy bien con nosotros y me ayudaron a criar a mi hija. Estuve tentado muchas veces de escribir a Travis para contarle lo que nos había ocurrido, pero el temor por Liriel más que por mí me hizo desistir en el empeño. Pasaron los años y nuestra vida fue de lo más anónima posible. Yo procuré hacer los menos viajes posibles y a Liriel no la dejé salir nunca de Winder para que nadie la viera, pues con los años se había convertido en una mujercita muy parecida a su madre.

Un desafortunado día me llegó un mensaje de mi antiguo compañero Calisto. La hermandad lo había encontrado. Yo sabía que esto sólo podía suceder si el Círculo descubría que Saryon era hijo adoptivo y a través de él descubrirle a él, pues Calisto se había escondido tan bien como yo y no cabía otra posibilidad. Entonces temí por él y me dispuse a salir a ayudarlo.

Antes mandé a Liriel con mi socio Devin a Henna con el pretexto de que tenía que salir de viaje urgentemente. Quería alejar a mi pobre Liriel de aquellos asesinos de la hermandad. Yo que le había ocultado todo nuestro pasado para que no sufriera como lo he hecho yo toda la vida, me encontraba de nuevo padeciendo miedo por que nos encontraran.

Entonces me desesperé. Estaba cansado de huir continuamente. Me armé de valor y me decidí a hacer frente a los dirigentes de la hermandad. Me enteré de que un carruaje partía de Oranda con destino a Yavish y no tuve la menor duda de que eran ellos, pues la hermandad había estado siempre emplazada en la primera ciudad.

Salí hacia Oranda por la mañana temprano antes de que Liriel se despertara. A medio día intercepté el carruaje entre Jerón y Permand y entonces ataqué. El carruaje llevaba demasiada velocidad cuando yo actué y el cochero salió despedido por los aires, directo a un río que había a uno de los lados del camino. Dentro del carruaje sólo viajaba una persona.

Era Limuar, el máximo responsable de la orden. Me reconoció en seguida y se abalanzó sobre mí. Los dos salimos rodando y caímos en unas zarzas más abajo. Peleamos como dos fieras salvajes. Finalmente yo conseguí hacerle una herida muy profunda. Viendo que iba a matarlo salió huyendo. Yo no lo perseguí. No valía la pena.

Regresé a Winder exhausto y me encontré mi casa vacía. En mi mesa había una nota puesta allí seguramente por Teros que decía que mi hija había salido para Trempos en una misión importantísima y que no me preocupara, ya que estaría entre paladines. Entonces no reparé en que mi antiguo compañero Travis podía reconocer a Liriel, pues aunque nunca le escribí, siempre supe casi con exactitud dónde se encontraba.

Finalmente ayer por la noche recibí un mensaje que creí que era de Calisto, procedía de Trempos. Así que me dispuse a venir hacia aquí a toda prisa pensando que me necesitaba. Esta es la pura verdad. ¿ Acaso creéis vosotros que he debido de actuar de otra manera ?.

Kelmor calló.

La sala se quedó sumida en un silencio casi fantasmal. Nadie habló durante varios minutos. La historia que había contado el padre de Liriel era espeluznate y más terrible de lo que habían pensado todos.

- No, amigo mío. - dijo Travis con el rostro cambiado por la emoción.- Has hecho lo que debías. Lamento que todos te hayamos juzgado como no te merecías. Además, la casa de los Bloshcome os debe ahora un gran favor.

Ariana habló.

- Esta es una buena ocasión para sacar una enseñanza de todo esto.- Dijo.- He aquí el ejemplo perfecto que nos demuestra cuán fácilmente podemos ser engañados por nosotros mismos.

- En efecto.- Intervino Egolas también conmovido por la historia.- Siempre tenemos algo que aprender.

Se hizo otro silencio, esta vez más corto.

Ulquier se pronunció.

- Señor, todavía hay algo que me gustaría preguntarle.- Dijo.

- Adelante.- Concedió Kelmor.- Quisiera que todo quedara claramente explicado.

- Veréis.- Comenzó.- Nosotros los paladines fuimos contratados para salvaguadar el carruaje de posibles agresiones. ¿ Queréis decir que quién nos contrató pertenecía a esa hermandad ?.

- Ignoro por completo todo cuanto se refiere a vuestras idas y venidas.- Dijo Kelmor.- Pero estad seguro de que siendo el que viajaba en el carruaje Limuar, así habrá sido sin duda alguna.

- ¡Por Kiril que habíamos sido contratados por asesinos !.- Exclamó Egolas llevándose una mano a la frente.- Querían que ese mensaje falso llegara a su lugar de destino para provocar una guerra. ¡Y nosotros éramos sus custodios !. Si no llegáis a intervenir, la orden de los paladines hubiera sido terriblemente mancillada y nosotros hubiésemos sido los responsables de una muerte.

- En parte sí, pero sólo indirectamente.- Repuso Kelmor.- La verdadera culpa hubiera sido indudablemte del mismísimo Limuar. No os carguéis con las fechorías de otros. Si yo siguiera vuestro mismo razonamiento, Sir Egolas, estonces yo también sería responsable de la misma pues no maté a Limuar cuando tuve la ocasión de hacerlo, hace ya muchos años.

- Tengo otra duda, señor.- Dijo Ulquier atando cabos.- ¿Cómo hicisteis para deshaceros del carruaje de manera que no quedara ninguna huella en el camino ?. Nadie ha podido encontrarlo por más que se ha buscado.

- No fue fácil.- Dijo Kelmor.- ¿ Sabéis cómo se cazan las bestias ?. Las grandes bestias me refiero.

- Lo ignoro.

- Pues se emplea un mecanismo muy sencillo pero laborioso y complicado.- Explicó Kelmor .- Es necesario hacerse con una gran red y fijarla en un lugar que resista el peso de la bestia. La red se deja abierta por su centro y sus extremos se atan con fuerza en la zona elegida. Luego se cubre su superficie para camuflarla y se coloca un resorte sensible al tacto con la red de manera que si algo la toca por su centro, la red se cierra y se eleva en el aire apresando a la bestia. Es así de sencillo.

- Ya. Pero, ¿ Dónde está el carruaje ?.- Preguntó Ulquier todavía dubitativo.

- Os lo acabo de decir, señor.- Kelmor señaló con uno de los dedos el techo de la sala.- Está en el mismo sitio que estuvo siempre desde la última vez que tocó la tierra. Sólo que a unos metros por encima.

- ¿ Queréis decir que un carruaje tan pesado ha quedado sepultado entre las ramas de los árboles ?.- Dijo Egolas asombrado. Desde luego él había estado allí y ni por asomo había mirado hacia arriba.

- Sí. Ya os he dicho que el proceso es muy complejo y que se necesita emplazar bien la red.- Aclaró Kelmor.- Yo escogí bien la zona antes de montar la trampa. Los árboles era lo suficientemente fuertes y espesos para soportar el peso del carruaje.

- ¿ Y qué ocurrió con el cochero ?.-Dijo Ulquier.

- Cayó del pescante al activarse la trampa. Nadie pudo evitar que el desdichado se rompiera el cuello al caer y que su cuerpo rodara hasta llegar al río.

- ¿ Y qué hay del caballo que tiraba del carruaje ?.- Dijo Egolas.

- Los arneses se desengancharon al activarse la trampa y éstos salieron huyendo. Después borré las huellas que había en el suelo con unas hojas secas que encontré, me subí a mi caballo y me marché.

Los compañeros no hicieron ninguna otra pregunta. Sin embargo a Ulquier se le ocurrió que Kelmor ignoraba algo.

- Nos habéis dicho que ese tal Limuar buscaba la muerte de Calisto.

- Sí.

- Pues creo que, en eso, os equivocasteis.

- ¿ Qué queréis decir ?.- Esta vez fue Kelmor quien se sorprendió.

- Muy sencillo.- Le explicó.- Sir Lenn, el superior de los paladines de Jerón me escribió una carta hace poco diciéndome que se había encontrado cerca del lugar una carta escrita por el hijo del rey de Yavish, Saryon, afirmando en ella que se iba a quitar la vida.

- Eso es mentira.- Respondió Kelmor.- Debe de tratarse de una artimaña de la hermandad, aunque no entiendo qué ganaban con ello.

- Pues yo creo tener una respuesta a eso que os sorprenderá. En realidad, como decís, se trataba de una argucia de la hermandad para provocar una guerra a través de esa muerte que vos habéis evitado.- Dijo Ulquier.- Y apuesto a que ignoráis que el asesinato no iba dirigido contra el padre de Saryon, sino contra él mismo.

-¡ Qué me decís !. ¡ La muerte su hijo !.- Exclamó.- ¡ Y además querían provocar una guerra !. La hermandad esta vez a ido demasiado lejos.

- Por suerte, todos hemos llegado a la conclusión de que la guerra no hubiera llegado producirse ni aunque Saryon fuera asesinado.- Continuó Ulquier.- Las relaciones entre ambas ciudades implicadas es demasiado buena para ello, y el documento falso es también difícil de creer.

- ¡ Malditos miembros de la hermandad!. ¡La destruiré por completo aunque sea lo último que haga en mi vida. !.- Retumbó la voz de Kelmor con furia.

Todos callaron.

La conversación se prolongó toda la tarde hasta que se aclararon todos los puntos oscuros de tan dramático asunto.

Ulquier hizo que Jumar preparara una habitación para Kelmor. Se había hecho demasiado tarde para que este emprendiera el regreso hacia Winder. Liriel y su padre pasaron en vela casi toda la noche hablando y hablando sin parar.

Ya por la mañana Jumar preparó un sólo caballo. Ulquier, Travis , Egolas y Ariana salieron al patio para despedirse de Kelmor...o Boreas, dependiendo de cómo se mirara.

Fue una despedida corta y sentimental. Liriel no pudo evitar que se le humedecieran los ojos cuando miró a su padre de nuevo camino a su casa. Esa casa que ella todavía no vería, pues había aceptado quedarse con el maestro Travis para que la instruyera en arte de la magia y así poder ser una sacerdotisa, como su madre.

Las grandes rejas de hierro se abrieron y el hombre salió lentamente del castillo.

Ariana puso una mano sobre el hombro de Liriel para darle fuerzas. Está se comportó con más entereza de lo que había ella misma pensado. Atrás quedaba de nuevo su pasado y delante lo desconocido. El destino.

Su destino.

Atrás, Habían pasado ya cinco días desde Kelmor se fuera.

Ariana ya no se encontraba sola desde que habían regresado del viaje. Egolas había estado constantemente a su lado y ella estaba aprendiendo a ver su vida a través de un cristal más radiante.

Era por la tarde cuando Ariana entró en la habitación que Ulquier usaba como despacho.

Travis estaba con él.

- ¿ Qué haces hermano ?.- Le preguntó ella.

- Escribo una carta a Sir Lenn explicándole todo lo que nos contó Kelmor.- Le contestó.- Si sus cartas me sorprendieron a mi, esta no hará menos con él.

Ariana se sentó en una silla y dejó que Ulquier terminara la carta. Miró a Travis.

- Maestro.- Lo llamó.

- Dime, querida.

- He estado pensando en la carta que le enviasteis a Kelmor como reclamo para que viniera.- Le dijo ella meditabunda.- ¿Qué le decíais exactamente ?. ¿Por qué creyó Kelmor que era otra persona quien le escribía ?.

Travis sonrió.

Metió una mano en un bolsillo y sacó de él una bola de papel. La alisó con las dos manos y se la entregó a la mujer.

- Probad, Ariana, si sois capaz de leerla.- dijo sin dejar de sonreír.

La carta que le había entregado no contenía ni una sola palabra. Todo en ella eran símbolos :




- Si recordáis el código que os enseñé antes - Le dijo Travis.- veréis que aquí dice :

VEN INMEDIATAMENTE.

Ariana cayó al instante en que Kelmor no había podido negarse puesto que había pensado que aquel mensaje había sido escrito por su antiguo amigo de la hermandad, el único que conocía ese código.

Ahora si que lo entendía todo. Ariana ya no tenía más dudas.

- Ariana.- La llamó Ulquier.- ¿ Me harías el favor de entregar esta carta a Jumar para que llame en cuanto pueda a algún emisario ?.

- Claro, Ulquier.

Ariana tomó la carta y salió de la habitación.

Encontró a Jumar en los establos, atendiendo a los caballos.

- ¿ Estáis muy ocupado ?.- Le preguntó ella amablemente.

- Más de lo que debería.- Le dijo Jumar simulando estar harto de trabajar.- Gracias a Dios la señorita Liriel siempre ronda a mi alrededor preguntando en qué puede ayudarme. Una gran muchacha. Lo supe desde que entró por las puertas del castillo, sí señora.

Ariana sonrió.

- Tenéis razón. Es una joven encantadora.- Y añadió.- Además, será una buena sacerdotisa. Travis ha visto en ella el mismo potencial que tenía su madre.

- Sí,- Jumar asintió.- El río ha vuelto a su cauce. El maestro Travis vuelve a su antigua profesión y por fin puede enseñar aquello para lo que ha estado siempre dotado. Y vos señora - Le dijo permitiéndose un desliz -, por fin habéis abierto vuestro corazón.

Ariana besó a Jumar en la frente y se introdujo de nuevo en el castillo.

Respecto a Liriel y lo que aconteció después...

Bueno, eso ya es otra historia.






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